En la actualidad, la ciberdelincuencia se ha convertido en una de las principales amenazas para la seguridad tanto para los ciudadanos como para las empresas. Las ciberestafas, que abarcan desde el phishing y el fraude en compras online hasta complejas operaciones de suplantación de identidad, están en constante aumento. Esta situación requiere no solo una mayor concienciación de la situación actual por parte de la sociedad, sino también un esfuerzo coordinado entre los profesionales del derecho, la tecnología y las autoridades para frenar su avance.
El auge de las ciberestafas en España y el mundo
Los datos no dejan lugar a dudas, las ciberestafas han crecido exponencialmente en los últimos años. Según el Informe de Amenazas Globales realizado por CrowdStrike en 2024, los ataques de phishing aumentaron un 45% respecto al año anterior, y las pérdidas globales asociadas a estos fraudes alcanzaron cifras récord, superando los 10.000 millones de dólares.
En España, el panorama no es menos preocupante. La Memoria Anual de la Fiscalía General del Estado de 2023 señaló un incremento del 28% en los delitos informáticos, con más de 300.000 casos reportados. Dentro de estos, las ciberestafas representaron cerca del 70%, consolidándose como el delito digital más común. Estos fraudes no solo afectan a particulares, sino también a pequeñas y medianas empresas, cuyos sistemas de seguridad suelen ser más vulnerables.
Las empresas más grandes suelen contar con sistemas de seguridad informática, pero lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones son vulnerados por los ciberdelincuentes ya que no son las apropiadas o los empleados no tienen la suficiente formación para no convertirse en la puerta de entrada de los ciberataques.
Factores que impulsan el crecimiento de las ciberestafas
Existen varios factores que han contribuido a la proliferación de las ciberestafas:
- Aumento de la digitalización: Con la expansión del teletrabajo y el comercio electrónico, más personas y empresas dependen de la tecnología para sus actividades diarias. Esto ha generado un terreno fértil para los ciberdelincuentes.
- Falta de educación digital: A pesar de que cada vez más personas tienen acceso a dispositivos digitales, muchas carecen de formación sobre cómo protegerse en línea.
- Sofisticación de los ataques: Los estafadores han perfeccionado sus técnicas, empleando inteligencia artificial y otras tecnologías avanzadas para hacer sus ataques más convincentes y difíciles de detectar.
- Legislación y aplicación insuficiente: Aunque la legislación en materia de ciberdelincuencia ha avanzado, su aplicación a menudo se ve limitada por la complejidad de estos delitos y la dificultad para rastrear a los responsables.
Impacto de las ciberestafas en víctimas y empresas
El impacto de las ciberestafas se extiende a nivel individual y empresarial, generando consecuencias significativas. Para las personas, estas estafas implican pérdidas económicas importantes, exposición de datos personales y daños a su reputación, además de una carga emocional considerable. La sensación de vulnerabilidad y el estrés que genera ser víctima de un delito digital afectan la calidad de vida y, en muchos casos, la salud mental.
En el ámbito empresarial, las ciberestafas provocan pérdidas financieras, interrupción de operaciones y daños a la imagen de la marca, especialmente en pequeñas y medianas empresas, que suelen tener menos recursos para afrontar estas amenazas. En algunos casos, el impacto puede ser tan grave que lleva a la quiebra. A mayor escala, estas actividades ilícitas también pueden desestabilizar sectores económicos y minar la confianza en el sistema digital, lo que refuerza la necesidad de priorizar la ciberseguridad como un pilar esencial en nuestra sociedad. Puedes consultar las recomendaciones oficiales para protegerte en el entorno digital en el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE)
Estrategias de prevención contra el fraude online
Ante este contexto, la prevención y la información son esenciales para combatir las ciberestafas. Tanto los individuos como las empresas deben adoptar una actitud proactiva para protegerse. Algunas medidas clave incluyen:
- Educación continua: Las campañas de sensibilización y formación en seguridad digital deben ser constantes. Es fundamental que las personas reconozcan los signos de un posible fraude, como correos electrónicos sospechosos o enlaces no seguros. Actualmente hay gran cantidad de información al alcance de todos en internet o las redes sociales para informase sobre las técnicas de ciberestafas, como aplicar los consejos en prevención y sobre todo, qué hacer cuando hemos sido víctimas de este tipo de ataques.
- Uso de tecnologías de seguridad: Herramientas como antivirus, firewalls y sistemas de autenticación multifactorial pueden dificultar el trabajo de los ciberdelincuentes. Aplicar pequeñas barreras pueden suponer no ser víctima de grandes daños y pérdidas, por eso debemos informarnos por medio de expertos en la materia para aplicar e instalar estas medidas de seguridad en nuestros dispositivos.
- Políticas de seguridad claras: En el ámbito empresarial, es imprescindible establecer políticas y protocolos claros para la gestión de la información y la respuesta ante incidentes de seguridad. Es indispensable implantar políticas que sean efectivas, que se hagan por profesionales de esta materia y, sobre todo, que haya una continua monitorización y auditoría de los sistemas.
- Actualización constante de sistemas: Mantener los dispositivos y aplicaciones actualizados es una medida básica pero efectiva para cerrar vulnerabilidades y de esta forma, asegurar que tanto las entidades como sus integrantes siempre se encuentre bajo las medidas de seguridad apropiadas.
- Formación: una de las razones que más vulnerabilidades provoca y por lo tanto más daños produce en las entidades o en un dispositivo personal es la falta de formación y de conocimientos sobre la materia. Es imprescindible activar una continua formación a los empelados para garantizar que sepan actuar en el caso de que haya un ciberataque. La prevención es la base para que existan unas políticas de seguridad apropiadas y suficientes.
Consejos prácticos para evitar ciberestafas
- Desconfía de lo demasiado bueno para ser verdad: Si una oferta parece excesivamente atractiva, probablemente sea un fraude. Desconfía y estudia la oferta, la empresa y busca en internet opiniones de otros usuarios.
- Verifica la autenticidad de las comunicaciones: No hagas clic en enlaces sospechosos y verifica la dirección de correo del remitente. Las entidades no mandan enlaces sin razón. Nunca pinchas en ellos sin cerciorarte antes de que son reales y correctos.
- Protege tus contraseñas: Utiliza contraseñas únicas y complejas, y cambia tus claves regularmente. Utilizar programas de generación de contraseñas es la forma más eficiente de proteger los sistemas de identificación.
- Consulta con profesionales: Ante cualquier duda o sospecha, busca asesoramiento de un experto en derecho y ciberseguridad. Es preferible prevenir que enfrentar las consecuencias de una estafa.
- Denuncia los incidentes: Si eres víctima de una ciberestafa, denuncia el hecho a las autoridades. Esto no solo podrá ayudarte a recuperar lo perdido, sino que también contribuirá a frenar estas actividades delictivas.
El rol del profesional del derecho en la lucha contra las ciberestafas
Los profesionales del derecho tenemos un papel crucial en la prevención y mitigación de las ciberestafas. Desde el asesoramiento preventivo en la redacción de contratos y políticas de privacidad hasta la representación legal en casos de litigio por ciberdelitos, su contribución es indispensable. Además, los juristas pueden colaborar con expertos en tecnología para desarrollar estrategias integrales que combinen aspectos legales y técnicos. Actualmente, existe poca formación dentro del área jurídica sobre tecnología y su aplicación en el derecho por lo que es indispensable asesorarse por especialistas en la materia y de esta forma, que se respeten los derechos fundamentales y todas las garantías dentro de los procedimientos.
La base se encuentra en la necesidad de concienciación ante el problema que existe en la actualidad y el uso generalizado de la tecnología. Es imprescindible conocer la materia, formarse y conocer las técnicas que ciberataques para poder establecer medidas de prevención adecuadas. El asesoramiento de expertos en la materia es necesario y, sobre todo, efectivo. La colaboración entre individuos, empresas, profesionales del derecho y autoridades es clave para combatir esta amenaza, ya que, si bien nadie está exento de ser víctima de un ciberataque, con las medidas adecuadas podemos reducir significativamente el riesgo y minimizar el impacto de estos delitos.
